lunes, 21 de febrero de 2011

Antes de someternos a una cirugía estética

Todos tenemos un ideal de belleza al que aspiramos y que nos produce especial motivación. Pero si la imagen real no coincide con la deseada, en algunos casos la comparación puede ser muy frustrante.

Si después de varios tratamientos cosméticos e incluso ejercicio no logramos el cambio esperado, no queda otra alternativa que recurrir a la ciencia del bisturí para eliminar esos defectos que tanto nos abruman y levantar nuestra autoestima.

El someterse a una cirugía plástica puede realizar una transformación radicalmente positiva en nuestra apariencia. No obstante, como toda operación entraña riesgos para la salud que son necesarios conocer antes de pasar por el quirófano y convertir ese anhelo de cambio en una pesadilla.

Para reducir la probabilidad de una mala práctica, es preciso informarnos previamente sobre la intervención y buscar un especialista reconocido, comparando opiniones que avalen esa buena impresión.

Así mismo, hay que explicarle al doctor detalladamente las modificaciones que queremos y pasar por un chequeo médico completo, a fin de descartar cualquier complicación durante o después de ser operados, si es posible a través de una interconsulta en la que un psicoterapeuta evalúe nuestro estado emocional.

Otra precaución importante es darle un vistazo a las instalaciones de la clínica donde se llevará a cabo la cirugía. El establecimiento debe contar con instrumental para transfusiones, una sala de cuidados intermedios y especiales, además de facilidades de transporte en caso de emergencia.

Hay que estar preparados para asumir el cambio luego de la operación, que puede no cumplir las expectativas estéticas si es que son motivadas una “obligación de pareja” o una alteración emocional (el doctor tiene la obligación de explicar los pros y contras). Y también seguir las recomendaciones médicas en la etapa post-operatoria, respetando el tiempo y las condiciones de recuperación.

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