Comiendo más proteínas durante el día y menos por la noche podemos entrenar el cuerpo para que nos pida menos comida.
Investigadores de la Universdiad de Yale han descubierto que consumir más proteínas a mediodía disminuirá los deseos de comer más calorías en la noche.
El estudio se basó en darle a 12 mujeres almuerzos líquidos de 450 calorías: unos de proteínas, otro de carbohidrato puro y una combinación de ambos. Las mujeres mantuvieron sus rutinas normales de ejercicio y desayuno. Para la cena, cada mujer comió individualmente en un comedor con una mesa donde había toda clase de comidas y platos variados. Los resultados fueron que las que comieron sólo proteínas bajaron su consumo calórico en 31% para la cena y con el combiando en 20%.
La teoría es que las proteínas producen la secesión de colecistoquina que es una hormona que reduce el hambre y hace que la persona se sienta satisfecha. Adicinalmente las proteínas aumentan el nivel de glucagon que es una sustancia que reduce la ingestión de alimentos y eventualmente reduce inclusivemente el peso.
Entonces, si lo que queremos es reducir nuestro apetito en la noche, hay que comer de 55 a 85 gramos de carne magra, pollo o pescado en el almuerzo. Y siempre debemos balancear las proteínas con vegetales y frutas.
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